miércoles, 4 de mayo de 2011

LA CUESTIÓN ECOLÓGICA SOCIAL

UM FADAU
Universidad de Morón –Facultad de Arquitectura, Diseño, Arte y Urbanismo
  Proyecto Final Integrador
Prof. Arq. Vicente Speranza
TEMÁTICA PRIORITARIA DEL COMIENZO DEL TERCER MILENIO
LA CUESTIÓN ECOLÓGICA-SOCIAL
SU TRATAMIENTO A NIVEL PREUNIVERSITARIO, UNIVERSITARIO Y POSTUNIVERSITARIO
El proceso de enseñanza-aprendizaje universitario, en particular concerniente a las carreras  con  directa  incumbencia en la ocupación y uso del  suelo, o sea:  Arquitectura, Ingeniería, Urbanismo, requiere ponderar el rol a que las mismas están llamadas a cumplimentar para la sociedad.     Ello, en función de primarios condicionantes eco-sistémicos y genuinos requerimientos de los agrupamientos poblacionales   contemporáneos y previsiblemente futuros.
A través de la historia en  Occidente, tales profesiones han venido siendo               ante-todo expresión del poder emanado de la institucionalidad  y   tecnología, reconociendo a  éstas como máximas creaciones de la humanidad. Tal poder ha tenido su manifestación contundente  en obras   referidas a los campos de: la religión, el gobierno, la industria, el comercio, las finanzas.  Pero, a partir de mediados del siglo XX y en la primera década del  tercer milenio, entidades científicas con prestigio internacional han constatado fehacientemente que las actividades humanas  generan  secuelas  que  ponen  en  estado de riesgo  el  equilibrio  inestable  de los  ecosistemas terrestres. Éstos sustentantes del fenómeno viviente en la Tierra.                                                                                                            
Obviamente, las actividades  humanas  siempre  demandan obras edilicio-infraestructurales, contenedoras y posibilitantes del desenvolvimiento de las mismas.   Alcanzando las referidas obras proporciones significativas, puesto que insumen del orden de:  50% de los recursos naturales utilizados, el 40% de la energía consumida, la sexta parte del consumo hídrico del planeta; y vierten el 50% del total de residuos generados. Cabe  con responsabilidad reconocer que semejante desatino recae en las incumbencias profesionales de arquitectos,  ingenieros y urbanistas, capacitados en universidades y habilitados por los Estados.
                                                                                                                                
La impostergable toma de conciencia respecto a que el trabajo de profesionales universitarios genera secuelas anómalas para la biosfera terrestre y –por consiguiente- para las especies vivientes incluyendo la humana, exige asumir la prioritaria re-conceptualización programática del sistema educativo y –sin dilaciones- de  tales profesiones en primer término involucradas.
Se trata de acometer investigaciones  impregnadas  de  creatividad y rigor científico, a fin  que la obra edilicio-infraestructural tienda a dejar de constituir  una nociva carga energética y contaminante y pase a ser compatible con la intrincada  y dinámica  trama  del soporte  eco-sistémico del  planeta. El cual los humanos compartimos  junto a millones de otras especies.
En nuestro presente tramo espacio-temporal de actuación, la organización del  espacio territorial  exige  recurrir al consistente trabajo innovador  a  fin  de encontrar alternativas deseables y factibles al corriente saqueo de  recursos naturales y procesamientos industriales con alto consumo energético proveniente de combustibles fósiles        –como carbón, petróleo, gas-  y la consiguiente emisión de gases contaminantes del aire, agua y suelo.
Aquellas instituciones educativas, emplazadas en  contexto ecológico-social  apropiado, como es Colonia,  por la energía telúrica  del  Estuario del Plata,  escala de ciudad-y-área rural circundante  y ciudadanos con conciencia cívica, presentan aptitud  para  acometer la  re-conceptualización propugnada.                                                               

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