jueves, 3 de marzo de 2016

MARCO TEÓRICO DE PFI


UNIVERSIDAD DE MORÓN ,FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO, ARTE Y URBANISMO
INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN DE VIVIENDA Y MEDIOAMBIENTE

ARQUITECTURA INTEGRADA AL CONTEXTO ECOLÓGICO-SOCIAL
A los próximos Arquitectos  del Proyecto Final  Integrador. 

A través de la historia  -en particular de Occidente-  la Arquitectura ha venido siendo expresión del poder emanado por poseedores de tecnología e institucionalidad, mereciendo éstas ser valoradas como  máximas creaciones de la humanidad. Tal poder ha tenido manifestación contundente en obras arquitectónicas,  referidas a campos de: la religión, el gobierno, la industria, el comercio, las finanzas, etc. Constituyendo testimonio de ello   -entre tantos otros- el Partenón (s V aC),  Notre Dame de Chartres (s VIII), el Palacio Real de Madrid  (s VIII), el Ministerio de Finanzas de París (s XX) y la gigantesca torre multiusos de Dubai (s XXI).  Pero en esta primera década del  tercer milenio, se dispone de constataciones aportadas por entidades científicas internacionales que advierten sobre actividades humanas generadoras de secuelas con riesgo para el equilibrio  inestable  de los ecosistemas terrestres, contenedores del fenómeno viviente.
Por ello, consideramos necesario tratar de esbozar un camino, jalonado por un conjunto de conceptos referenciales, conducente a la Arquitectura con inserción apropiada  –no implantada- en el contexto ecológico-social.

1.   Asumir la integración de la Arquitectura a la contextualidad  del fenómeno viviente.
Tal primaria contextualidad condiciona toda actuación, humana y no humana. Lo cual exige entender para atender la vital interdependencia en equilibrio inestable entre los organismos de 2 millones de especies identificadas, que representan la mitad de las estimadas, comprendiendo móneras, protistas, hongos, vegetales, animales y  homo sapiens. 

2.Priorizar la condición de habitabilidad en la        concepción  arquitectónica.                                                                                                                      
Contenida en la fundamental interacción biótica, por la cual  los habitantes generamos condiciones de habitabilidad conformadoras del hábitat, expresable: hs>   Anteponiéndose a la  disponibilidad tecnológica y gravitación institucional, que inducen la ponderación de aspectos grandilocuentes, simbólicos, de hegemonía y de poder, como lo atestiguan templos, castillos, palacios, a través de la historia.  Los profesionales de la Arquitectura –y también de la Ingeniería Civil-  debemos dejar de persistir en el doble erróneo supuesto que la naturaleza se comporta como:  reservorio ilimitado e inagotable de recursos materiales y fluidos utilizados; y receptáculo de residuos nocivos del metabolismo de las actividades humanas.                                                                                                                                       
3.  Reencauzar el acervo tecnológico-institucional para superar la degradación ecológica-social.
La absurda coexistencia de conquistas -desde el descifrado del código químico del genoma, hasta el cálculo de la gravedad de los agujeros negros del cosmos- y anomalías  -desde la desocupación laboral, desnutrición infantil, deserción escolar, hasta la deforestación, erosión del suelo, merma de la biodiversidad- compromete a la sociedad. Y en particular al sistema educativo, por su responsabilidad en la formación ética y capacitación instrumental de futuros profesionales que actuarán en  campos político,  laboral, empresarial, instrumental y otros.

4.Evitar el derroche energético y la contaminación ambiental  causantes de degradación ecológica-social.
Debido al excesivo consumo energético, con fuente en combustibles fósiles agotables –carbón, petróleo y gas- y consiguiente contaminación del suelo, agua y aire. Siendo su manifestación reciente el calentamiento global, monitoreado  por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático. En particular, los insumos materiales, fluidos y tecnológicos de la construcción edilicio-infraestructural demandan alrededor de 50% de los recursos naturales utilizados,                                                                                                                          40%  de la energía consumida; la sexta parte del consumo hídrico en el planeta; y vierten el 50% de los residuos generados.

5.   Valorar en el diseño arquitectónico la conjunción fisiológica-morfológica.
Conjunción proveniente de la visión cósmica y del fenómeno viviente, que resume el correlato de ambas expresiones del par, aunadas integradamente en las manifestaciones espacio-temporales de la naturaleza. Pasando a constituir válida referencia para la creación  arquitectónica.

6.   Proporcionar con la  obra arquitectónica: habitabilidad a los actores, funcionalidad a las actividades y mejoramiento al entorno.
Reafirmando la función social de la Arquitectura, alcanzada a partir de obras integradas debidamente al soporte eco-sistémico del sitio de actuación. Superando corrientes instancias de presunción de  impacto  negativo de las obras, con demanda de aparatosos estudios encomendados por entidades oficiales y agentes  inmobiliarios.


7.  Orientar la enseñanza-aprendizaje de la Arquitectura con creatividad y metodología concurrentes al soporte eco-sistémico y  servicio a la sociedad                                            El sistema educativo  y en especial el nivel universitario a cargo de la carrera Arquitectura –y asimismo Ingeniería Civil-  es responsable de indagar  causales de anomalías y aportar adecuados procesos de estudio  factibles de implementar.  En razón que futuros profesionales tendrán a cargo proyectos y   construcciones que implican la ocupación del suelo natural, fértil y absorbente.
8.  Investigar para mejorar la producción de insumos de: nueva obra edilicio-infraestructural; e implantado stock edilicio-infraestructural.
A fin de, básicamente: i) tender a suprimir la dependencia a fuentes energéticas provenientes de combustibles fósiles agotables, recurriendo a  fuentes energéticas renovables, como:  radiación solar, corriente hídrica,  acción eólica, etc;
II)   minimizar el gasto energético, la contaminación y transporte de materiales;    iii) reducir la implantación de nuevas construcciones en terrenos con aptitud para usos: agrícola, forestal y parque;  iv) propiciar el reacondicionamiento y reciclaje de construcciones existentes; v)  evitar la construcción de ambientes ubicados por debajo del nivel del terreno natural, propensos a filtraciones de napas acuíferas y radiaciones de gas radón, de dificultosa y costosa neutralización; y  vi)  evitar alturas de edificios cuya accesibilidad a las plantas superiores conlleve a la dependencia de ascensores.
9.  Reconocer que la obra arquitectónica asentada en anacrónicas tramas de megalópolis contemporáneas, agrava la problemática ecológica-social.
Las megalópolis –masivamente consolidadas en su macro escala- han dejado de ser ciudades habitadas por ciudadanos, quienes han pasado a ser meros usuarios. La rigidez derivada de superposiciones edilicio-infraestructurales sobre amanzanamientos y fraccionamientos anteriores a la intensiva utilización del automotor, restan posibilidades de rescatar ámbitos a escala humana y calidades afines a la condición cívica.
10) Proyectar nuevas obras con módulos materiales construidos en la industria,  armados y desarmados –al fin de su vida útil- en el obrador.
Con apropiada condición de resistencia y aislación, para ser utilizados en cerramientos, techos, pisos y aberturas de obra edilicio-infraestructural. De fácil manejo por su: dimensiones, peso,  formato y transporte.
11)  Ubicar las imprescindibles instalaciones de fluidos a la vista, dejando de ocultarlas.
Por su importancia funcional en toda obra edilicio-infraestructural, merecen constituir elementos de composición arquitectónica, visibles y accesibles; a efectos de facilitar –además- su regular mantenimiento
12.  Concebir la Arquitectura a partir de posicionamientos eco-sistémicos, como célula de redes de comunidades, en interacción  ciudad-campo.
La concepción de nuevas ciudades sostenibles conlleva la revitalización sistémica de conjuntos de asentamientos humanos de tamaño menor, en micro regiones dotadas defavorables factores telúrico-culturales. En los cuales subyace la energía vital de los pobladores aún arraigados y con sentido de pertenencia. Mediante la debida gestión municipal y  asistencia provincial o estatal, resulta deseable y factible la potenciación de tales comunidades. Cuyas actividades productivas enraízan en la tierra; son desarrolladas por la población local, con utilización de insumos de la región, manejo de tecnología apropiadas, prevaleciendo interacciones comunicacionales y operacionales concurrentes  a la conformación de organismos ecológicos-sociales.   A fin de demostrar la viabilidad de este planteo, a modo de embrionario modelo referencial -configurado por un conjunto de núcleos y vínculos urbanos en interacción con su contexto hídrico-territorial- se destaca en la región patagónica, sobre la franja norte de los ríos Limay, Neuquén y Negro y a lo largo de una extensión de 130 km,  el alineamiento de comunidades del Alto Valle. 
Obviamente, el precedente camino esbozado requiere ser sometido a particularizaciones de ajuste y complementación, emanadas de  los directos actores regionales y locales involucrados.

Arqº  Vicente Speranza                                                      Morón;  octubre de 2011.





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